El Capital de trabajo es un concepto que puede que no utilices en tu vocabulario diario, pero está detrás de casi todos los problemas que te mantienen despierto de noche si eres un emprendedor.
Cada vez que te preguntas “¿de dónde voy a sacar el dinero para la nómina de mis empleados este mes?”, o “¿qué hago con el inventario que lleva meses sentado en la bodega?”, o incluso “¿será prudente llamarle a mi cliente por vigésima tercera ocasión para pedirle que me adelante el pago de la factura?”, estás invocando a ese abstracto concepto llamado capital de trabajo.
El capital de trabajo no es más que la medida de la capacidad de tu negocio de utilizar los recursos que tiene en un determinado momento para pagar lo que debe a corto plazo. Lograr un capital de trabajo sano es como si los astros se alinearan: tu efectivo, tu inventario, tus cuentas a recibir, tus cuentas a pagar y tu deuda te permiten tener suficiente dinero en la bolsa para mantener tu negocio operando mientras inviertes para seguir creciendo.
Hablaremos más a detalle de cada uno de estos elementos en futuras entradas. Por ahora, es importante que sepas que hay estrategias sencillas y efectivas para lograr que el dinero que genera tu empresa se quede más tiempo en tu bolsillo.
El primer paso para hacerlo es calcular, a grandes rasgos, la razón de lo que debes contra lo que tienes: Activos corrientes – Pasivos corrientes = Capital de Trabajo neto contable. Para que tu negocio pueda cumplir con sus obligaciones, el resultado de esta operación debe ser positivo.
El punto considerado como “ideal” es aquel en el que tu empresa tiene $2 en activos corrientes por cada $1 en pasivos corrientes. Tener poco capital de trabajo –o incluso negativo- puede llevar a la bancarrota. ¡Pero el exceso tampoco es adecuado! Son recursos que podrías utilizar para maximizar ganancias.
Como en todo, el balance es la clave. La buena noticia es que, a diferencia del movimiento y la alineación fortuita de los astros, tú sí puedes controlar cada uno de los elementos que conforman al Capital de Trabajo de acuerdo a las necesidades, características, y ciclo de vida de tu organización.
Manejar tu capital de trabajo exitosamente te dará liquidez, que en el mundo de las PyMEs, es considerado un súperpoder. Considéralo como la “fuerza mayor” que impacta la operación diaria de tu negocio. Las mejores empresas crecen y prosperan porque identifican los puntos débiles y aprovechan las oportunidades para mejorarlo.
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