Si vas a emprender un negocio y quieres saber si tu idea es buena, si tu producto o servicio cubre las expectativas de los consumidores o, simplemente, si deseas detectar los puntos de mejora de tu estrategia comercial, es necesario analizar tu entorno a través de un estudio de mercado.
Realizar un estudio de mercado tiene como principales objetivos:
Este proceso es indispensable para las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), pues de ello depende que tu idea de emprender no se quede solo en eso, y que por el contrario se convierta en una oportunidad viable de negocio.
Asimismo, con un estudio de mercado se puede prever la presentación de tu producto ante otras entidades como Cadenas Comerciales o inversores que puedan aportar capital a tu empresa.
Este análisis comprueba la presencia de una necesidad en el mercado y qué productos existen actualmente para satisfacerla y de qué modo. Además, tiene el alcance para determinar los principales canales de distribución y comercialización para un producto, es decir, si en un inicio sólo te conviene incursionar en tiendas físicas o si es posible, entrar también al mundo del comercio electrónico.
Para comenzar un estudio de mercado, debes elegir qué tipo de investigación es la que mejor se adapta a tu estrategia de negocio. Para esto, existen tres tipos de estudios básicos:
Exploratorio. Que contempla el conocimiento inicial de una situación e identificación de problemas. Se basa en fuentes secundarias (estadísticas, publicaciones, entrevistas con expertos).
Descriptivo. Con éste se realiza la identificación y cuantificación del mercado. Además, describe las características de los públicos objetivo como consumidores, vendedores, organizaciones, etcétera.
Causal. Establece relaciones entre causa y efecto. Habitualmente trata de encontrar relaciones entre las ventas (efecto) y sus causas (imagen del producto, gastos publicitarios).
Una vez definido este punto, debes escoger ciertos parámetros geográficos y demográficos. Por ejemplo, la identificación de los consumidores a los que quieres llegar según su edad, hábitos de compra o ingresos.
De igual forma, debes analizar a tu competencia directa, lo que te ayudará a conocer a los actores existentes en el mercado y a establecer una propuesta de valor para tu producto, así como las ventajas que éste ofrecerá sobre los demás competidores.
Determinar un objetivo claro de por qué se quiere vender y a quién llegará tu producto, te ayudará a responder muchas preguntas y a definir una estrategia de investigación más clara que te permita elegir las fuentes de investigación, por ejemplo, si se harán entrevistas directas con clientes o especialistas, si se llevará a cabo la observación directa, un muestreo a un grupo determinado de clientes potenciales, investigaciones en internet, etcétera.
Llevar a cabo un estudio de mercado antes de emprender un negocio es importante si se quiere encontrar oportunidades de venta, pero sobre todo para detectar riesgos en caso de que tu producto no se venda o no sea muy demandado por los usuarios, con el cual obtendrás la orientación precisa para mejorar tu estrategia de negocio.