Por Jesús S. Núñez Espinoza
Presidente Zona Norte – Asociación Mexicana de Envase y Embalaje
“La innovación más poderosa ocurre cuando alguien redefine lo que el éxito significa.”
— Clayton Christensen, Harvard Business School
En un entorno de incertidumbre, las PYMEs mexicanas demuestran que la innovación es más que una estrategia: es una necesidad para crecer y mantenerse vigentes.
No hay manual para innovar, y mucho menos para resistir. Las PYMEs, las verdaderas, las que nacen desde el cansancio, la incertidumbre, las crisis o la deuda, no innovan por moda; lo hacen porque no tienen otra opción. Esa es su diferencia más profunda: no pueden darse el lujo de no moverse. En ellas, la innovación no es un departamento: es la respiración diaria.
Hace unas semanas, durante The Food Tech en Ciudad de México, el moderador de un panel en el que participé lanzó una pregunta sencilla, pero cargada de fondo:
“Si tuvieras que definir en tres palabras la receta para los años que vienen, en medio de tanta turbulencia económica y geopolítica, ¿cuáles serían?”
Mi respuesta fue inmediata y nace de muchos años de experiencia: “Innovar para crecer”. De esa frase corta, más vivida que pensada, surge el título y sentido de este escrito.
En una Pyme, la innovación no se planea en una presentación o en un Excel. Nace e improvisa en medio del caos, entre llamadas, urgencias, ajustes y errores. Llega cuando un proveedor no responde o cuando un cliente pide algo que todavía no sabes cómo fabricar. Esa presión constante moldea algo más poderoso que cualquier business plan: una mentalidad que no se quiebra ante la adversidad.
Muchos confunden el motivo real y pueden perderse en el camino del emprendimiento. No es la motivación lo que impulsa a crear algo nuevo; en Latinoamérica, el motor es otro: la supervivencia. Las PYMEs innovan porque el entorno las empuja a hacerlo; innovan porque el costo de no cambiar es más alto que el riesgo de fallar. Esa urgencia, aunque incómoda, es su fuente más honesta y duradera de creatividad.
Todos los emprendedores lo sabemos: hay días en los que nada sale bien. El producto no despega, el mercado no responde y la competencia crece. En ese punto surge la pregunta más dura: ¿de verdad quiero seguir? Ahí se separan los que “quisieron emprender” de los que no sabemos vivir sin hacerlo.
Esa pregunta duele, pero también libera. Empezar de nuevo no siempre significa empezar desde cero. Significa volver con cicatrices, pero también con experiencia, conocimiento y lucidez. Cada tropiezo deja una lectura que el éxito rara vez enseña: la de conocerse a uno mismo cuando ya no hay aplausos ni promesas.
El momento Eureka no llega con aplausos ni es planeado. Llega en silencio, después de muchos intentos que parecían inútiles. Llega cuando todo encaja y uno entiende por qué era necesario pasar por tanto. No es suerte: es consecuencia de seguir insistiendo cuando todos los demás se fueron a dormir.
La verdadera adicción del emprendedor no es al éxito, sino a la creación. Después de todo el cansancio, uno vuelve a intentarlo porque no puede estar quieto. Porque hay algo en la mente que necesita construir, entender o resolver. Emprender no es una decisión racional: es una vocación que no tiene cura.
Con el tiempo, uno entiende que el éxito no se siente como lo imaginabas. Puede volverse una trampa si te relaja y te genera confort, y esto es lo más peligroso para un emprendedor. Por eso, quienes crean en la incertidumbre no pueden confiar en la estabilidad. El movimiento, no el resultado, es lo que los mantiene vivos.
Sin duda lo haría de nuevo, aun sabiendo lo que implica. Porque en cada nuevo comienzo hay una chispa que lo justifica todo: la posibilidad de crear algo que antes no existía. Eso, al final, es lo único que realmente vale la pena.
“Del caos nace el orden”, escribió Nietzsche, recordándonos que toda creación tiene su origen en el desorden. Lo mismo sucede en los negocios: el caos no es enemigo, es donde nacen las nuevas ideas.
En Memoria del Ing. Jorge Maquita Nakano 10/Nov/2025
- La PYMe como laboratorio de innovación
- ¿Cómo exportar productos desde México y vender al mundo desde el día 1?
- Empaques inteligentes y la omnicanalidad: La nueva era del retail híbrido