La cadena de suministro o de abastecimiento es un término muy conocido y utilizado dentro de la industria del comercio moderno. Consiste en una red de compañías y medios de distribución involucrados en los diferentes procesos y actividades que producen valor en la forma en que un producto llega al consumidor final.
La cadena de suministro es uno de los elementos clave en la logística de cualquier empresa y, dentro de ella, la gestión es el elemento esencial para la eficiencia operativa.
Garantiza la satisfacción de tus clientes
La gestión de la cadena de suministro se debe ejecutar correctamente para garantizar la satisfacción de los clientes y el éxito de la empresa, ya que la importancia de la cadena radica en que engloba aquellas actividades asociadas con el movimiento de bienes desde el suministro de materias primas, la fabricación y la distribución hasta el usuario final. Esto incluye la selección, compra, programación de producción, procesamiento de órdenes, control de inventarios, transportación, almacenamiento y servicio al cliente.
Asimismo, la cadena de suministro debe ser dinámica, ya que implica un flujo constante de información, señales de demanda, productos y fondos entre las diferentes etapas. Por ello, para que una cadena de suministro pueda tener éxito, debe contar con un proyecto de planificación, ejecución y control.
En la planificación están incluidas tanto la estimación de la demanda como la del abastecimiento, que al ser flexibles exigen que los proveedores también puedan serlo.
La ejecución se refiere a la parte física del proceso, mientras que el control supone el registro y evaluación del éxito del proceso mediante el establecimiento de indicadores para poder evaluar la calidad de la cadena y de los proveedores. Por consiguiente, la cadena de suministro no acaba en la entrega del producto ni en su logística inversa, sino que se debe hacer una recopilación de información para poder seguir optimizando tiempo, detectando errores y oportunidades de mejora.
La tecnología incrementa la rentabilidad
Entre los retos que enfrenta la gestión de la cadena de suministro está reaccionar frente a los cambios imprevistos, por ejemplo: disponibilidad de piezas, canales de venta, transporte, impuestos, cambios monetarios, etcétera.
En un contexto en el que las cadenas de suministro deben aumentar su capacidad de respuesta ante las nuevas necesidades de los consumidores, manteniéndose competitivas en costos en un entorno de mayor complejidad, la inclusión de las nuevas tecnologías y la digitalización ha aportado a diversas empresas aumentos en los ingresos y la rentabilidad superiores hasta del 10%.
En la actualidad, las cadenas de suministro se están adaptando a estos cambios para que los consumidores finales obtengan lo que necesiten, cuándo y dónde quieran, por lo que se vuelve un desafío administrar mejor el inventario y anticipar las necesidades operacionales en tiempo real.
Por ello, la modernización de los procedimientos mediante el aprovechamiento del análisis de información y la automatización serán fundamentales para ayudar a las cadenas de suministro a proporcionar un seguimiento más detallado de las personas, procesos y activos, así como para generar experiencias más atractivas y personalizadas para los clientes.